Este 2021 se cumplen siete años desde la última vez que Linda Evangelista fue vista en una alfombra roja. Entre sus últimas apariciones está el haber asistido a una fiesta por el lanzamiento del perfume ‘Fresh’ de Moschino en Nueva York en junio de 2015 –del que era imagen en ese entonces–. No hay más: ni premiaciones ni fiestas, ni siquiera bodas o celebraciones personales. Este hecho ha llamado la atención de la prensa durante los últimos años ya que la modelo fue uno de los máximos exponentes en la época de los noventa, junto a Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Naomi Campbell. Se podría decir que todas ellas (incluyéndola) crearon el concepto de top models que conocemos el día de hoy. Recordemos que Evangelista desfiló para las firmas más grandes de moda, protagonizó muchas campañas de belleza, además de cientos de portadas de revistas. Ahora, la modelo regresa a la esfera pública para publicar en un texto en su perfil de Instagram que lo que la alejó de ese mundo fue un problema derivado a causa de un tratamiento estético. Según afirma Linda, el procedimiento la dejó “completamente deformada” e inhabilitada para seguir ejerciendo su profesión como modelo.

La modelo comenzó la carta con la frase “hoy doy un gran paso corrigiendo un daño que he sufrido y que llevo guardándome para mí misma durante cinco años”. En el escrito, Evangelista aclara a sus seguidores que la razón por la que no ha trabajando mientras sus otras colegas sí lo han hecho es porque el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, hizo lo contrario a lo prometido. Aumentó sus células de grasa y la deformó de forma permanente, incluso después de pasar por dos cirugías muy dolorosas sin éxito.