
Análisis capilar
Enfatizar el individualismo del pelo es la tendencia más aclamada en las pasarelas así como en la vida diaria, esto se refiere principalmente a resaltar su textura natural, sin necesidad de hacer mucho esfuerzo. Ahora, conociendo que cada tipo de melena es un mundo independiente, es necesario entender su ciencia para resaltar lo mejor de ella.

FINO
Para poder tener un resultado satisfactorio -sea cual sea el rubro-, es indispensable estudiar el objetivo, por eso estamos convencidas de que para optimizar lo que la naturaleza nos proporcionó, es necesario hacer tres preguntas: ¿cuál es mi tipo de pelo?, ¿cómo lo siento mes con mes?, ¿qué quiero lograr? A partir de esto será más sencillo potencializar su textura, mantenerlo saludable y ahorrar tiempo; todo esto sin margen de error.
Estas delgadas hebras, aunque se destacan por su brillo y suavidad natural, son sumamente frágiles y propensas a quebrarse y carecer de volumen.
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Limpieza: Su tendencia a ser graso se debe a que el tallo es menos poroso que el pelo grueso, por lo que el aceite que se desprende del cuero cabelludo se vuelve más visible. Si además es lacio, puede crear una apariencia aceitosa apenas unas horas después del lavado, mientras que en el rizado es más difícil notar esta concentración de sebo; en resumen, este tipo de melenas deben lavarse con mayor frecuencia y la forma de hacerlo marcará la diferencia. Enfócate en hacer un ligero masaje con las yemas de tus dedos y un poco de shampoo –únicamente en el cuero cabelludo– y lleva la espuma hasta las puntas. Limita el acondicionador a esta última zona, ya que de hacerlo en la raíz se generará pesadez y un acabado aceitoso.
Corte: La forma tiene un papel fundamental en los cuidados del pelo fino, ya que se maltrata con facilidad. Se recomienda cortarlo en capas suaves y hacerlo en seco. El secreto está en tener una buena comunicación con un experto; mientras más ideas intercambies, será más fácil que entienda el efecto que estás buscando.
Peinado: Cuando vas a peinarlo el objetivo es generar volumen y una forma de lograrlo es brindar textura. Para eso hay muchas herramientas que puedes usar a tu favor como un mousse, sea salt spray o shampoo en seco. Aléjate de los productos con base de aceite y elige un cepillo de cerdas suaves para que no se rompa ni se maltrate.
RIZADO
El folículo no es recto, por lo que las escamas tienden a despegarse de la corteza en las partes curveadas, lo que hace que se abra. La resequedad y falta de brillo que predomina en esta categoría se debe a que, por su forma, la grasa natural producida por el cuero cabelludo generalmente no puede llegar hasta las puntas.
Limpieza: Es el principal candidato para presentar frizz, por eso despídete de los shampoos que contengan sulfatos y parabenos. Estos químicos le quitan al pelo sus aceites naturales, dejándolo seco y opaco, al mismo tiempo que dañan la raíz. Evita el agua muy caliente, ya que solo provocará que el folículo se abra y promueva la caída.
Corte: La forma tiene un papel fundamental cuando se trata de cuidado capilar. Los rizos provocan mucho más volumen que las hebras lacias, por eso se recomienda cortar dos o tres capas largas. De esta manera el peso provocará que caiga y tenga mayor control, además será más fácil peinarlo.
Peinado: La textura invita a experimentar en el terreno del peinado. Para contrarrestar el efecto seco que normalmente tienen los rizos, se recomienda aplicar una pequeña cantidad de crema para peinar cuando aún se encuentre húmedo. Si lo que buscas es un peinado en seco, utiliza un difusor en sentido ascendente; esto hará que tengan más forma y no se sequen en todas direcciones. Aplica un suero en las puntas para que se mantengan hidratadas. El cepillo ideal es uno con cerdas abiertas y de plástico, empieza cepillando de medios a puntas y ve subiendo conforme se vaya desenredando.
LISO
Esta clase se caracteriza por mantenerse sedoso y con brillo, ya que el folículo, al no tener curvas, refleja la luz como un espejo. Sin embargo, no tiene volumen y no soporta los peinados por mucho tiempo.
Limpieza: Al igual que el fino, el pelo lacio puede llegar a secretar aceites que pueden hacer que se vea pesado y con exceso de grasa, por eso es importante no lavarlo con agua caliente, ya que ésta reseca el cuero cabelludo. Otra opción para no lavarlo diario es utilizar un shampoo en seco. Al contrario de los otros tipos de fibra, ésta no requiere acondicionador diario, con hacerlo un par de veces a la semana será suficiente.
Corte: Una de sus desventajas es que tiende a lucir poco interesante, por este motivo el corte es fundamental y dependiendo de él, la melena tendrá vida o no. Agregar un fleco despreocupado, –largo o corto– acompañado con capas, al estilo Alexa Chung, le dará un upgrade instantáneo y además hará que peinarlo por la mañana sea mucho más sencillo.
Otra forma de darle vida a una melena lacia es cortarla de forma asimétrica, ya sea en un bob o un look más largo, dejar los dos extremos de diferente longitud enmarcará la cara.
Peinado: La clave recae en buscar un corte que facilite el peinado y utilizar los productos correctos de estilizado. Existen dos formas de estilizar el pelo liso, la primera es que se vea completamente flat, secarlo de arriba hacia abajo cuando aun esta húmedo, aplicar una crema para peinar y cepillarlo constantemente es una de las rutinas para lograrlo. La segunda es crear mas volumen, para ello es importante secarlo en sentido ascendente, aplicar sea salt spray para crear ondas naturales y optar por un peinado messy. Los cepillos de cerdas naturales eliminarán el frizz sin maltratarlo.
GRUESO
Más allá de la cantidad de pelo, lo que lo define es el diámetro de la hebra. Este es el más fuerte de todos ya que puede resistir el desgaste de los peinados y el calor más que los demás. Estudios científicos demuestran que retiene 45% más de humedad, lo que ocasiona la problemática más frecuente de esta estructura capilar: el exceso de volumen y de frizz.
Limpieza: Lo más importante es utilizar productos que hidraten para poder controlar el frizz. El último enjuage se recomienda hacerlo con agua tibia para que de esta manera se potencie su brillo natural. Secar suavemente con una toalla sin enredarla en la cabeza.
Corte: Las portadoras de pelo grueso pueden elegir entre dos opciones de corte: la primera, consiste en eliminar el volumen y para esto existen varias técnicas, entre ellas el degrafilado. Es fundamental acudir con un especialista que se encargue de hacerlo, ya que de lo contrario se puede inflar y generar el efecto contrario al deseado. Y en la segunda, se puede buscar un corte que enfatice el volumen, esto es cortándolo en capas, lo que dará un look natural y con mucho estilo.
Peinado: El peso que tiene hace que sea más difícil que aguante los recogidos. Sin embargo, de trabajarlo correctamente por medio de herramientas de calor, la textura que se cree va a durar mucho más tiempo que en aquellas melenas lacias o delgadas. Esta categoría tiene la desventaja de que posee más capas en la cutícula, mismas que crean un acabado áspero, por eso se recomiendan aplicar productos como cremas para peinar, sueros y aceites que lo suavicen. Este tipo de pelo responde muy bien a los tratamientos y se debe de pulir con un cepillo araña.
¿Qué esperas para enfatizar el individualismo de tu pelo?
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Fotografías: Pinterest.