
Tener un bebé en tiempos de COVID-19

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Tener un bebé en tiempos de COVID-19

Stephanie Arouesty
La historia detrás de un parto en plena pandemia.
Desde hace nueve meses estaba consciente de que en marzo viviría una cuarentena después de que naciera mi hija Olivia, lo que jamás me imaginé, es que ese periodo sería un tiempo de incertidumbre en el que no solamente yo estaría guardada en mi casa, sino todo el mundo —literalmente hablando—.
Era viernes 13 de marzo, comenzaban a sonar los rumores de que en México empezaban los primeros casos de coronavirus; enfermedad que llevábamos escuchando desde finales del año pasado, pero veíamos muy lejana porque se manifestaba al otro lado del mundo. El sábado 14 se anunciaba la cancelación de clases hasta después de Semana Santa, preocupada le hablé a mi doctora Alejandra Sánchez de León para saber si debíamos tomar alguna precaución extra cuando diera a luz: “Realmente te aconsejo que no tengas visitas en el hospital más que tu familia inmediata”, me respondió.
Me encontraba en la semana 37 de embarazo, sabía que Oli podría venir en cualquier momento, de hecho, al ver la situación, deseaba que llegara antes, ya que se hablaba que la etapa tres llegaría justamente en mi semana 40 de gestación y lo único que anhelaba era ya tenerla sana y salva en casa. El domingo 15 de marzo me despertó un dolor severo en la parte baja del estómago, al llegar al ABC de Santa Fe, me llamó la atención ver que estaba totalmente vacío; comenzaban a poner bandas para evitar el acceso de la gente a las instalaciones. Al entrar, había un guardia que le tomaba la temperatura a todos los que querían ingresar al hospital. Después de mi revisión, la doctora me confirmó que era hora de que naciera mi niña. “Déjame hablar a quirófano, ya que están cambiando todos los protocolos del hospital por el COVID-19” me comentó. Todos los doctores y el staff del hospital llevaban mascarillas, batas, guantes e inclusive goggles, “algo muy serio va a pasar” pensé, ya que en ese momento todavía no se instituían esas medidas de prevención.

«Irónicamente, en tiempos de calles vacías, de distancias obligadas y de un mundo en pausa, los recién nacidos están llegando a un mundo ideal, en donde sus primeros días, y tal vez semanas, estarán integrándose con su madre de la forma más perfecta.»
— Dr. Gallegos

Después de salir de la sala de parto me trasladaron al cuarto 111, en donde había un silencio absoluto al tener prohibidas las visitas —incluyendo a mi hijo de 4 años— y lo más sorprendente, es que así se mantuvo por los siguientes dos días que estuve internada. Cabe mencionar que cuando te hacen cesárea necesitas quedarte tres noches forzosas, pero el hospital estaba evitando exponer a las nuevas mamás.
Ha sido una situación muy sui generis invadida de sentimientos mezclados, por un lado, he disfrutado al máximo a mi hija y hemos tenido la oportunidad de forjar una conexión muy fuerte al vivir una cuarentena exclusivamente familiar y sobretodo, de valorar lo que realmente importa en esta vida. Y, por otro lado, el pánico al contagio, la privación de visitas de seres queridos y las medidas de salubridad han tenido que ser extremadamente drásticas con el fin de proteger al máximo a la recién nacida.
Agradezco enormemente que haya llegado en el momento perfecto, ya que, al cierre de esta edición nos encontrábamos en la etapa 4 del virus y en algunos hospitales no estaban dejando pasar ni a los papás al parto. Se estaban realizando pruebas de coronavirus antes de ingresar al hospital, ya tenían camillas hasta en los estacionamientos y el nivel de contagio se encontraba en el pico más alto.
“Irónicamente, en tiempos de calles vacías, de distancias obligadas y de un mundo en pausa, los recién nacidos están llegando a un mundo ideal, en donde sus primeros días, y tal vez semanas, estarán integrándose con su madre de la forma más perfecta: en paz, con descansos sincronizados, aprendiendo piel con piel, sin exceso de consejos, sin exceso de distracciones, en intimidad. En un mini-universo de solo ellos, donde todo sobra, donde nada falta. Las habitaciones de los hospitales-maternidad, tranquilas, sin bullicio, como siempre debió haber sido. Las parejas se están estrenando en estos días como nuevos padres, están experimentando un inicio de esta nueva etapa como siempre la había recomendado”, Dr. Gallegos
Me maravillé al encontrar la verdad en este posteo, dentro del caos, encontramos la forma de traerlos a un universo lleno de paz. Estoy convencida de que todos los bebés que están naciendo en esta época tan difícil vienen con una misión absoluta: dar esperanza a un mundo con un futuro incierto.
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