Todas soñamos con tener la piel perfecta, hidratada, sin manchas, con un tono unificado y ese ‘glow’ que la hace ver saludable y radiante. Todo esto es posible, la clave está en la constancia de los hábitos diarios. Seguramente has escuchado que para tener un rostro saludable hay que tomar 2 litros de agua al día, dormir 8 horas diarias, comer saludable y cuidarnos del sol. Cada uno de estos hábitos claro que son importantes, pero es la hidratación, tanto interna como externa la que impactará directamente en la piel. Es por esta razón que es importante tener una rutina diaria de hidratación facial que incluya cremas que puedan darle una apariencia saludable y más joven.

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Los cinco tipos de piel

Antes de utilizar cualquier crema, es importante que conozcas cuál es tu tipo de piel, y de esta forma puedas cuidarla correctamente con los productos que la beneficiarán. Siempre lo más recomendable es que consultes con un dermatólogo qué productos son los adecuados para ti.

Los tipos de pieles están categorizados en 5 grupos: normal, grasa, mixta, seca y sensible.

Normal
Este tipo de piel se encuentra equilibrada, no es ni grasa ni seca, los poros son muy finos, tiene una textura lisa y suave y un color uniforme.
Grasa
Este cutis tiene hiperproducción de sebo, ocasionando brotes de acné y puntos negros. Las causas de este tipo de piel suelen ser por génetica, desequilibrios hormonales, estrés o uso de productos comedogénicos, es decir, que tapan los poros. Las personas con piel grasa tienen los poros muy visibles, piel brillosa, engrosada y presentan brotes o acné.
Seca
Las personas con este tipo de piel, no producen la cantidad suficiente de sebo para mantener humectado su rostro, causando una apariencia agrietada, frágil y escamada.
Mixta
Se define por el exceso de sebo únicamente en la zona T (frente, nariz y mentón), mientras que el resto de la cara permanece normal.
Sensible
Se caracteriza por estar constantemente enrojecida y ruborizarse con mucha facilidad. Este tipo de piel suele ser delgada, con los poros finos y puede ser seca.

Beneficios de un rostro hidratado

Los productos como cremas hidratantes, son de vital importancia para lucir un rostro saludable, luminoso y joven. Sin embargo sus beneficios van mucho más allá, el uso de cremas puede reducir el riesgo de problemas en la piel, como el acné o sequedad. También puede reducir las imperfecciones como manchas y arrugas e incluso prevenirlas antes de tiempo. Ayuda a las células a reparase a sí mismas y te protege de agentes externos como el clima, la contaminación y el propio maquillaje.

Muy probablemente ya identificaste cuál es tu tipo de piel. Por todas estas razones y características es súper importante elegir los productos que se adecúan a ésta dependiendo de sus necesidades. Así que a la hora de invertir en productos hay que conocer nuestras necesidades personales para tomar la mejor decisión.

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Fotografías: L’Beauté y cortesía de las marcas.