La historia de cada fragancia se construye por medio de ciertos caracteres predominantes que se van adaptando y transformando con el tiempo. Los perfumes llegan a ser trascendentes cuando existen variantes de una misma línea aromática, o se suman algunas notas secundarias a la fórmula original. Debido a las diferentes opciones que se pueden encontrar en una serie aromática, cada botella pertenece a una categoría de belleza, dependiendo los factores que diferencien una de otra.

Los aromas están ligados con la memoria, estos son interpretados de acuerdo a la forma en que se impregnan en la piel, dependiendo de la química corporal de cada persona. Por lo que muchas veces percibimos de diferente manera el olor del mismo perfume utilizado por distintas personas. Debido a esto, existe una forma creativa de jugar con todas las esencias, llamada layering.

Con esta nueva técnica la combinación de ellas es una forma fácil de obtener un efecto personalizado que será familiar pero nadie más conocerá, una nueva mezcla al gusto de cada quien. La clave para dominar el arte del layering es saber qué notas funcionan juntas y cómo mejorarlas sutilmente. Recolectamos algunas claves para explotar la creatividad aromática y lograr combinaciones infinitas de perfumes.

— Carolina Herrera

Perfumes que combinan mejor

Una de las materias primas más potentes que llevan las fragancias es la vainilla, un elemento que es difícil de aplicar por su capacidad instantánea de dominar sobre otros aromas. En cambio los toques florales como la rosa, le darán un detalle romántico a cualquier esencia. Así que crear una mezcla entre dos icónicos perfumes que integren estos ingredientes, sin duda crearán un alto impacto en cualquier piel que se lleve puesto.

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Mezclas simples

Los perfumes elaborados con una sola nota o las que son más ligeras, tienen mejor compatibilidad y serán fáciles de combinar. Se debe comenzar aplicando como base y después en capas, esencias que formen parte de la misma familia de olores. Algunas de las categorías más conocidas por predominar como elemento único son florales, frutales, cítricos y ahumados.

Primero aromas predominantes

Al utilizas la técnica layering, como su nombre lo indica, se deben aplicar los diferentes perfumes en capas. La forma para rociarlos sobre la piel debe de comenzar por los más pesados para que no dominen a los homólogos más ligeros cuando se integren a la mezcla. Es posible que se deba jugar a elaborar distintas combinaciones para encontrar la adecuada en gusto y saturación aromática. Una buena forma para encontrarlo es probando los olores dentro de los productos de baño. Escoger la esencia perfecta y agregar poco a poco notas que se consideren afines.

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Un aroma en el día y otro en la noche

Para que una esencia vaya tomando forma durante el día y termine estructurada, se deben de agregar notas que aumenten el valor aromático de los perfumes. Primero se aplica como base una fragancia floral, algunas de las principles están formadas por freesias o gardenias. Una vez que se apliquen estos elementos se utiliza el layering, aumentando o modificando la composición aromática con notas cálidas. El ámbar y el almizcle son la descripción perfecta para este estilo de notas, una forma para intensificar fragancias ligeras agregándoles un valor fuerte de intensidad.

La hora del descubrimiento

Los aromas que nazcan por el layering dependerán del tipo y maduración de piel que tenga cada persona. Es por eso que se recomienda dejar actuar a las pocas o múltiples capas de perfumes que se hayan aplicado, dejando reposar durante una hora o más para conocer el resultado. El secreto de esta técnica consiste en probar y encontrar el aroma con el que se identifique cada persona.

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Fotografías: Cortesía de la marca y L’Beauté

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