Los diamantes de Cartier se hicieron fragancia

Cuando los diamantes de Cartier se hicieron fragancia

le soin noir

Isabel Flores

Hablar de la marca francesa es hablar de obras creadas a base de la exquisitez que abraza a un diamante, y su más reciente creación olfativa, Carat, no es la excepción.

Pocos nombres son un sinónimo tan literal del lujo como lo es el de la maison, que con una historia que surge a manos del maestro joyero y visionario Louis-François Cartier, presume de mantener una continua evolución bajo los estándares más altos de calidad y diseño. Si transportamos estos valores al mundo de la perfumería, es que se puede captar íntegramente la esencia de la marca francesa en cada una de sus impecables creaciones olfativas, entre ellas su más reciente tesoro: Carat.

“Cartier, joyero de reyes, rey de los joyeros”, comentó el Rey Eduardo VII, haciendo alusión a la estrecha relación que desde hace más de 170 años mantiene la marca con las familias reales. Y es que hablar de diamantes sin duda es hablar de Cartier y darles vida a su especialidad. Por eso, en esta ocasión lograron hacerlo por medio de Carat, un perfume que surge de la creatividad de Mathilde Laurent, perfumista de la maison Cartier, quien se sale de lo habitual para dar una lectura completamente diferente a una fragancia que se basa en la luz y el color, elementos fundamentales cuando se trata de diamantes.

“Una oda a la luz en forma de perfume”. Así es como la nariz detrás de este tesoro olfativo, define a Carat.

Por medio de los siete tonos de la luz, Carat expresa el corazón de diferentes flores a través de una gama de colores olfativos que se superponen y difractan hasta el infinito. Violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo,  cada tonalidad le corresponde su flor: violeta, lirio, jacinto, ylang ylang, junquillo, madreselva y tulipán. Por otro lado, las gacetas esculpidas en vidrio que reflejan la luz, hacen de su frasco la estrella perfecta para acompañar al elixir floral. Esta estructura con un evidente estilo art decó se deja envolver por un aire moderno que recae en el realce de sus aristas, mismas que cumplen con el cometido de proyectas la tonalidades del arcoíris al contacto con la luz. Sin duda, una vez más, Cartier logra imprimir el alma de la marca en este nuevo integrante de la familia de fragancias, llevando su sello a un nivel superior por medio de la fusión de diseño, luz, libertad y por supuesto, grandiosidad.

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Fotografías: Cortesía de Cartier.