
Las historia detrás de algunos productos icónicos de belleza
Toda beauty lover tiene un cajón o repisa con los aliados que son clave para lograr la rutina ideal de belleza. Te contamos más sobre sus orígenes.
Crème de la Mer
La historia de la marca empezó cuando el Doctor Max Huber sufrió quemaduras en la piel, razón por la que empezó a estudiar los poderes regeneradores del mar. Inspirado en el océano, el físico fermentó algas marinas ricas en nutrientes con otros ingredientes naturales. Doce años y 6 mil experimentos después, nació el producto con el que reconstruyó su propia piel.
Lancôme Bi-Facil Eye Makeup Remover
La química Brigitte Ladan acababa de empezar a desarrollar productos para la firma de belleza cuando se le asignó la tarea de crear un desmaquillante específicamente para el área de los ojos en una época en la que apenas había limpiadores bifásicos. Después de ocho meses probando diferentes versiones, finalmente surgió la fórmula que elimina el maquillaje resistente al agua y que ha ganado premios internacionales.
YSL Beauté Touche Éclat Radiant Touch
La forma de este icónico pincel corrector e iluminador nació después de que Terry de Gunzburg mezclara una crema hidratante, con una base para la piel y pigmentos luminosos. El experto trabajó en la fórmula y el diseño durante dos años y guardó el resultado durante otros tres hasta que lo lanzó al mercado tras ser nombrado director creativo.
Elizabeth Arden Eight Hour Cream
Esta fue la primera marca en desarrollar productos de belleza travel-size. Actualmente, este clásico es considerado un objeto de culto y fue creado en 1930. Al día de hoy sigue siendo uno de los favoritos y uno se vende cada 30 segundos en algún lugar del mundo.
En 2010, Wende Zomnir estaba empacando para un viaje cuando se dio cuenta lo poco práctico que era llevar más de cuatro sombras en su bolsa de maquillaje. A partir de ello, pensó en una paleta que terminó conteniendo 12 tonos inspirados en los distintos colores de piel. El proceso de elaboración de este producto tarda 20 semanas, desde el diseño, hasta llegar a la tienda y requiere de más de 50 personas involucradas en su creación.
Chanel Nº5
Para crear la fragancia con la que hizo su debut en 1921, Gabrielle Chanel le pidió a Ernest Beaux –un antiguo perfumista de la aristocracia rusa– que eligera ingredientes sintéticos nuevos en lugar de únicamente aceites esenciales florales. Después de 10 meses, Beaux le presentó 10 variaciones diferentes. Coco seleccionó la quinta supuestamente porque el cinco era su número de la suerte y el resto, como dicen, es historia.
Fotografías: Cortesía de la marca y Istock.