5 secretos para prolongar los aromas

5 secretos para prolongar los aromas

le soin noir

Macarena Silveti

Aplicar una fragancia parece fácil, y lo es cuando se hace de la forma correcta…

Usar perfume es probablemente el paso de nuestra rutina de belleza al que menos importancia le damos, ya que lo dejamos al último. Tendemos a rociarlo sumamente rápido y jamás pensamos en cómo lo aplicamos porque simplemente es muy sencillo hacerlo. Sin embargo, cuando se trata de aromas hay mucho más de lo que parece. Es importante el lugar del cuerpo en el que se usa el perfume, la cantidad que se rocía e incluso el lugar en el que se guarda, ya que todo esto influye en la duración de la fragancia en la piel y en el frasco. Por ello, existen algunos sencillos pasos para garantizar que los perfumes perduren hasta la última gota.

1. Evitar frotar en la piel.

Un error común es rociar el perfume en las muñecas y después frotarlas –esto probablemente lo aprendimos de nuestra mamá, abuela, o amigas y lo convertimos en un hábito que perjudica el aroma–. Lo que se busca es que se mezcle lentamente con los aceites naturales de nuestra piel, que justamente es lo que hace que dure y huela ligeramente a nosotras. Además, el frotar la fragancia sobre la piel hará que el aroma se cocine o caliente cambiando su olor y evitando su evolución durante las horas que se disfruta en la piel. La forma adecuada de hacerlo es concentrándonos en los puntos de calor o de pulso.

2. Rocía sobre los puntos de pulso.

Los puntos de pulso o de calor están situados en el interior de las muñecas, en la parte interna de los codos, debajo del ombligo y detrás de los lóbulos de las orejas y las rodillas, son los lugares en los que las venas están más cerca de la piel, por lo que puede sentirse literalmente el pulso. Estos puntos cálidos del cuerpo emiten un calor corporal extra, que ayuda a difundir naturalmente un perfume. Para aplicar la fragancia en los puntos de pulso, se debe solamente rociar y no frotar, en algunos o en todos ellos, y así el aroma perdurará todo el día.

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3. Elige un buen lugar para guardarlo.

Los perfumes son bonitos, incluso se ven bien como parte de la decoración de nuestro tocador. Sin embargo, almacenar la fragancia en el baño es algo que no se debe de hacer, ya que el vapor de la regadera puede interactuar con ella. El agua, la humedad y los cambios drásticos de temperatura pueden alterar la composición de un perfume y acortar la vida del mismo. Además, cualquier forma de luz, especialmente la luz del sol, puede descomponer la fórmula. Así que el mejor lugar para guardarlo es en un lugar fresco, oscuro y seco. Puede ser algún cajón de una cómoda, dentro del armario o vestidor, o en la caja donde venía empaquetado.

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4. Rocía y camina hacia el aroma.

La clave para que un perfume sea agradable y no resulte abrumador es difundirlo ligeramente por todo el cuerpo y no concentrarlo todo en una zona. Así que, si queremos que la fragancia nos complemente o realce nuestro olor natural – sin que lo enmascare por completo– debemos de aplicar la fragancia en los puntos de pulso y luego rociar el aroma delante de nosotros, para después caminar hacia él y volver a salir. Así dejaremos una ligera capa.

5. Aplícalo en tu look.

Ponerle un poco de perfume a la ropa, es una buena forma de mantener el aroma durante todo el día; sólo debemos de asegurarnos de que no sea algo que se pueda llegar a manchar, como la seda. Pero aún así, se puede rociar un poco de perfume en el aire y agitar la ropa en él, o aplicar un poco en el forro interior de un abrigo o chamarra. Así se logrará un resultado ligero del aroma de nuestro perfume favorito que nos acompañará a donde sea que vayamos.

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Fotografías: L’Beauté